Mercurio Mitológico
En la mitología romana Mercurio era el mensajero de los dioses, conocido por su velocidad y rapidez. Mercurio era un importante dios del comercio y su nombre está relacionado con la palabra latina merx (‘mercancía’). En la mitología griega, Hermes era hijo de Zeus y Maya y desde niño fue inquieto y aventurero.
Un poco de la historia.
En sus primeras horas de vida, se escapó de su cuna, fue a Pieria y se llevó algunos de los bueyes de Apolo. Para no ser descubierto por los rastros de sus pasos, Hermes se puso unas sandalias y condujo a los bueyes a Pilos, donde mató a dos y encerró el resto en una cueva. Tras esto volvió inmediatamente a Cilene, donde encontró una tortuga a la puerta de su cueva natal. Hermes tomó el caparazón del animal, tensó cuerdas a su través e inventó así la lira.
Apolo, gracias a su poder profético, descubrió que fue Hermes quien robó parte de su ganado y fue a Cilene a acusarlo con su madre Maya. Ésta, mostró al dios el niño en su cuna pero Apolo llevó al niño ante Zeus y exigió la devolución de sus bueyes.
Zeus le ordenó que cumpliese con las demandas de Apolo, pero Hermes negó haber robado el ganado. Sin embargo, como vio que sus afirmaciones no eran creídas, condujo a Apolo hasta Pilos y le devolvió sus bueyes, pero cuando Apolo oyó los sonidos de la lira quedó tan encantado que permitió a Hermes quedarse los animales.
Apolo obsequió a su joven amigo su propia vara dorada de pastor, enseñándole el arte de profetizar por medio de los dados y Zeus lo hizo heraldo suyo y también de los dioses del mundo inferior.
Presentación de Mercurio
Mercurio era representado por los antiguos bajo una gran variedad de formas, pero la más común era bajo la figura de un joven desnudo, apoyado sobre la punta de su pie, con el petasus o sombrero con alas en la cabeza y a los pies las sandalias igualmente con alas, en una mano el caduceo y en la otra una bolsa.